martes, 29 de enero de 2008


El uso de la bicicleta eléctrica es sencillo. Con una llave se acciona el motor, cuya potencia oscila entre 180 y 250 vatios, y basta con pedalear para mantenerlo en funcionamiento. En caso contrario se detendrá. El usuario es quien decide la forma en que lleva la bicicleta, porque puede realizar un paseo tranquilo mientras el motor le lleva hasta los 25 km/h o avanzar más rápido si decide pedalear con más cadencia. La ayuda que brinda el motor al ciclista recibe el nombre de pedaleo asistido. Además, estos vehículos, que pueden tener el aspecto de una bici de paseo o de montaña, cuentan con un sistema de cambio de desarrollos, mediante el que se puede seleccionar la distancia que se recorrerá en cada pedalada, de forma idéntica al de las tradicionales.
Pero, una vez en marcha, ¿hasta dónde se puede llegar con el pequeño motor que disponen? La autonomía depende del estado de carga que presente la batería y de la energía que pueda acumular. Las baterías tienen un comportamiento diferente según de qué material estén compuestas

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